Científicos del instituto KAIST, del Instituto de Investigaciones Económicas Samsung y del Robot Intelligence Technology Lab, de Corea, han diseñado genomas codificados que aplicados a criaturas artificiales, generan la personalidades de éstas. La primera criatura artificial que ha recibido su personalidad es Rity, un programa informático qeu representa a un perro que vive en un mundo virtual tridimensional, dentro de un ordenador.
Rity interactúa con los humanos usando información que le llega a través del mouse, de una cámara o de un micrófono, con 47 percepciones. Así por ejm, un clic del cursor sobre Rity es percibido por la criatura como una palmadita, mientras que si se arrastra el cursor sobre él, Rity lo entiende como tranquilo. Para reaccionar a estos estímulos en tiempo real, Rity recurre a sus estados internos, que están compuestos por tres unidades: motivación, homeostais y emoción, y que están controlados por su arquitectura genómica interna.
Esta posibilidad de proporcionar su propia personalidad a formas de vida artificiales no sólo podría mejorar la interaccion entre humanos y estas criaturas, sino que también permitiría estudiar el origen de las especies artificiales.