
El investigador Hiroshi Ishiguro, de la Universidad de Osaka, creó a una familia de
robots con rostros de látex inspirados en su familia. Incluso uno que es casi su clon. Pero, junto a su equipo, los ha perfilado aún más humanos y ha presentado a un androide que, bajo la imagen de una mujer, puede sonreír e imitar expresiones faciales
De hecho, la joven japonesa que le sirvió de modelo y compañía a la
robot Geminoid-TMF durante su presentación, le frunció el ceño al androide, al tiempo que este robot copiaba sus gestos mediante una cámara, que transmitía la información al robot.
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